Mi vida esta conformada por unidades de tiempo en las cuales me pongo a pensar en la gente que he conocido, otra en la gente que de verdad me ha importado y la última es la de gente a la que de verdad le he importado, y después veo Annie Hall y me muero.
Recientemente me siento en una espiral de emociones y que todo va muy bien, inexplicablemente bien y obviamente eso significa que algo muy malo pasará en un futuro muy cercano. No me quejo, es un círculo vicioso. Solo pido que dure un poco más esta vez. Pienso en las cosas inútiles y en como la gente a la que le he importado ha sufrido, precisamente por esas cosas inútiles. Solo observo y escucho (porque ese es el papel que me ha tocado actuar) aunque suene muy perturbador, es cierto lo que dicen, a algunos les toca vivir, a otros les toca observar, y no me molesta observar y aunque me guste sentir, no le encuentro el placer a sufrir en tiempos modernos. Quizás piense diferente mañana pero en estos momentos así me siento.
Cada semana me dan ganas de llorar y lo hago, rodeada de gente, sola o acompañada por un par de personas. Me dan ganas de llorar porque las miradas suelen pesar y me son muy difíciles de sostener, no las soporto y termino llorando. A veces lloriqueo por un largo rato y la gente tiende a preguntar porque lo hago, a veces no sé qué contestar y a veces se me pasa tan rápido que no tengo porqué explicar.
No se me da eso de los abrazos, solo los doy cuando los necesito, por eso me parece la acción mas egoísta que existe. Tampoco quiero que me los den porque se sienten falsos. No soporto ver gente abrazándose si uno no está muriendo de tristeza. Es como frialdad embotellada:
No necesito nada y quizás es de esas primeras veces que muy probablemente se repetirán pero ahora no necesito nada y creo que está bien porque así se siente, o al menos creo que así debe de sentirse. (estado de recuperación)
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